Una novedosa terapia contra el lupus, que permitirá reestablecer el sistema
inmunológico, utilizando las propias células del paciente, ha sido desarrollada
en Chile por los científicos del Instituto Milenio de Inmunología e
Inmunoterapia (IMII). El tratamiento, que ahora debe ser probado en humanos,
constituye un aporte fundamental a la biomedicina, ya que esta enfermedad
multisistémica afecta a más de 17 mil chilenos, y aún no tiene cura
efectiva.
Dicha investigación, realizada por los doctores
Alexis Kalergis y Carolina Llanos, director del IMII, y un equipo de
colaboradores expertos en la enfermedades inflamatorias que incluyen a los
doctores Sergio Iacobelli, Susan Bueno y Leandro Carreño, fue seleccionada y
premiada en el concurso Go To Marcket de Innova Chile de
CORFO, de entre 70 proyectos postulantes. Gracias a este incentivo, los
investigadores del IMII participaron en una jornada de entrenamiento
en el Stanford Research Institute Internacional, en
Silicon Valley, donde sostuvieron una serie de reuniones para
dar a conocer este hallazgo mundial y comenzar a conseguir financiamiento de
inversionistas o socios corporativos, a fin de iniciar los ensayos en
voluntarios chilenos. Dicho procedimiento, se iniciará con la participación de
entre 20 y 40 personas sanas y pacientes, con el objeto de medir la toxicidad
del tratamiento.
“Ya tenemos algunos potenciales inversionistas, pero
necesitamos el financiamiento para pasar a la siguiente fase, que es empezar a
probar la terapia a nivel clínico y llevarla al mercado. Luego de eso, en un
plazo aproximado de tres o cuatro años, esperamos contar con esta herramienta en
los hospitales de Chile”, señala el Dr. Kalergis.
Terapia personalizada: reprogramación de
células
El lupus es una enfermedad autoinmune y progresiva, que
se presenta cuando el sistema de defensa sufre una distorsión, y por error,
comienza a atacar a las propias células y tejidos del cuerpo. En consecuencia,
empiezan a dañarse órganos, tales como hígado, riñones y pulmones, así como el
aparato reproductor, los vasos sanguíneos, articulaciones, y el sistema nervioso
central y cardiovascular.
Afortunadamente, los estudios del Dr. Kalergis indican
que esta afección puede revertirse, mediante la manipulación y reprogramación de
las células dendríticas, las cuales cumplen un rol fundamental en la eliminación
de elementos patógenos, virus y bacterias que ingresan al organismo. Sin
embargo, se ha observado que en pacientes con lupus éstas se encuentran
alteradas, y por ende, no desarrollan su función protectora.
El hallazgo entonces – que ya fue probado en modelo
animal de ratones- consiste en una terapia personalizada, que se ejecuta
mediante la extracción de sangre del paciente, que luego es procesada para
aislar las células dendríticas. Enseguida, éstas son depositadas en un medio de
cultivo, donde también se han colocado otras moléculas y fármacos específicos
que permiten modificar esta alteración. Dicho proceso, permite devolver la
función protectora para luego reinyectar las “nuevas células dendríticas” en el
paciente, a través de un trasplante autólogo.
“ Descubrimos que las células del sistema inmune
se pueden reprogramar con ciertas drogas. Lo interesante además es que esta
alternativa, que proviene del propio paciente, ayuda efectivamente a combatir
el daño inflamatorio, y además es inocua para el individuo”, señala
Kalergis.
Respecto a los tratamientos actuales, a Doctora Llanos
explica que estos no detienen la progresión de la enfermedad, sino que más bien
ayudan a una baja en la respuesta inmune, que resulta ser muy poco específica.
Además, asegura que los medicamentos provocan una serie de efectos adversos,
como una susceptibilidad a la aparición de tumores o cáncer. Por esta misma
razón, es que se muestra totalmente optimista y esperanzado con los resultados
de su investigación, que permitirán mejorar el pronóstico de vida en los
pacientes de la Dra. Llanos.
El gran imitador
D urante los últimos 50 años, las enfermedades autoinmunes se han
incrementado en la población, entre ellas, el lupus, que afecta a alrededor
del 0,1% de la población mundial, especialmente femenina. Esta enfermedad
inflamatoria tiene múltiples caras y se divide en tres tipos: discoide,
sistémico y secundario a medicamentos. El primero de ellos, ataca sólo a nivel
de la piel, mientras que el segundo, suele ser más invasivo, pudiendo afectar
casi cualquier órgano del cuerpo. Y el último tipo, se desarrolla debido a la
ingesta de ciertos fármacos recetados para otras enfermedades.
Según explican los científicos chilenos, el lupus suele desencadenarse
después de un embarazo, factor que vincula la afección con las hormonas
sexuales. Sin embargo, también puede desarrollarse con síntomas similares a los
de otras patologías, tales como: anemia, dermatitis, nefritis o artritis, motivo
por el cual se le conoce como “el gran imitador”. En ocasiones también produce
alteraciones a nivel psiquiátrico y dermatológico.
El curso de la enfermedad es impredecible, con períodos
de crisis más altos y otros de “remisión”, en que su progresión parece
detenerse. En cuanto al diagnóstico, éste requiere
una serie de exámenes y antecedentes, entre ellos, el de “anticuerpos
antinucleares positivos”, que cuando resulta negativo es muy probable descartar
su presencia. Hasta la fecha, el lupus no tiene cura, sino que cuenta con una
línea de tratamientos para aminorar sus síntomas. Algunos de éstos son
el uso de esteroides, analgésicos, antiinflamatorios y medicamentos
inmunosupresores. Además, actualmente existe un nuevo medicamento aprobado por
la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos), llamado
Benlysta, o belimumab en su nombre genérico , un anticuerpo
creado para bloquear algunas funciones de los linfocitos, que se aplica por vía
intravenosa una vez por mes.
Respecto a las causas del lupus, existirían factores genéticos asociados,
así como también, factores ambientales, tales como infecciones, antibióticos,
(especialmente los derivados de las sulfas y penicilinas), la luz ultravioleta,
el estrés en exceso, y algunos medicamentos y hormonas.
Mónica Chacón Parra
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